viernes, 2 de agosto de 2013

Anecdotario

Podría contar muchas cosas de estos 15 días, pero casi lo mejor ocurrió tras ellos.
En nuestro ímpetu recogeril, mi hermana nos hizo recorrernos la mitad de la ciudad con las mochilas acuestas, ya que no recordaba donde había dejado el coche, lo mejor la cara de los vecinos, pues nos vieron pasar hasta cuatro veces con ellas a cuestas, para al final volverlas a dejar en mi casa...